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¿Qué puedo hacer yo? Una reflexión individual sobre la igualdad en las Administraciones Públicas

¿Qué puedo hacer yo?

La tarea de esta semana consiste en una reflexion individual sobre la igualdad en las Administraciones Públicas.
Puesto que trabajo en el INTA, mi primer impulso fue echar un ojo al Plan de Igualdad que el INTA redactó en su primera versión en el año 2017. Vamos a verlo y saquemos conclusiones desde ahí.

Índice del I Plan de Igualdad del INTA A diferencia de otros documentos internos, el Plan de Igualdad está registrado sin copyright de la organización.

El Plan de Igualdad del INTA

El Plan se vertebra en los 7 ejes que ya se presentan en el II Plan de las Administraciones Públicas que son:
  1. Acceso al empleo público.
  2. Igualdad, condiciones de trabajo y carrera profesional.
  3. Formación en la igualdad entre hombres y mujeres.
  4. Tiempo de trabajo, conciliación y corresponsabilidad de la vida personal, familiar y laboral.
  5. Retribuciones
  6. Violencia de género: situaciones de especial protección.
  7. Medidas instrumentales.
Cada eje tiene una serie de objetivos y de medidas, estando las medidas diferenciadas en transversales, es decir, ya recogidas en el plan de la Administración General del Estado, y por otro lado en las medidas específicas INTA. Una lectura del plan revela que la mayor parte de las medidas van dirigidas a los órganos internos de organización y dirección. Por ejemplo, la cuarta medida del primer eje dice así: 

M4: El INTA, incluirá las materias de Igualdad de género en las propuestas de los programas de las convocatorias de procesos selectivos.

Realmente tengo poco que hacer aquí, a menos que forme parte del grupo de personas que decide los temarios y los contenidos de una oposición. No es mi caso (por ahora). Otro ejemplo. En el eje 3, formación en la igualdad entre hombres y mujeres, la medida 19 (la quinta de ese eje) dice:

M19: Se impartirán cursos de carácter profesionalizado y con contenidos prácticos para un doble objetivo: avanzar en la formación de igualdad de género con la nueva normativa.

De nuevo no mucho que hacer aquí. Como colaborador de I+D en un laboratorio, no tengo acceso a decidir qué cursos se imparten y mi única capacidad de decisión con respecto a ellos es inscribirme y asistir, como estoy haciendo con este.

Esta cuestión, la de que las medidas y acciones del plan de igualdad van dirigidas al personal directivo para que sean ellos los que deriven más acciones «hacia abajo», se ve muy bien si analizamos la planificación de la implementación del plan de igualdad, en la que no solamente se impone un plazo de realización y un indicador del seguimiento para cada medida, sino también un responsable: todos ellos (las 36 medidas específicas INTA y las 24 transversales) son direcciones y jefaturas específicas como Formación, Secretaría General, Recursos Humanos o Prevención de riesgos laborales, entre otros.

Algunas de estas medidas, sin embargo, tienen o parecen tener un posible recorrido más claro «de arriba a abajo», desde la dirección hasta un nivel de departamento y empleado, como por ejemplo la medida 34

M34: En el programa de Visitas Educativas al INTA, en el que se da a conocer los laboratorios y proyectos realizados en las instalaciones del INTA, se incluirá en la divulgación de la visita contenidos de perspectiva de género en la investigación, y preferiblemente que el personal que divulga sea una investigadora/tecnóloga que sirva como modelo de referencia al alumnado y profesorado de Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato, Formación Profesional y Universidad.

Aunque en el INTA es el departamento de promoción institucional el que se encarga de las visitas guiadas generales, cada departamento es más o menos autónomo para llevarlas a cabo y se tienen acuerdos con universidades o institutos para hacer varias visitas al año de alumnos con interés en conocer las actividades del INTA en campos específicos. Esta medida, por tanto, puede llegar hasta mi jefe de Área, por ejemplo, pero como mucho podré facilitar el trabajo a las compañeras que se encarguen de la visita, o descargarlas de alguna tarea urgente que tengan que realizar para que puedan preparar dicha actividad. 

Ayudando al plan

Así pues, si no parece que pueda hacer mucho para ayudar al plan de Igualdad, ¿qué puedo hacer yo? Bueno, se me ocurren algunas cosas que en el fondo pueden tener un poco que ver con el plan de igualdad y que entiendo pueden formar parte del mismo, al menos en mi nivel de responsabilidad.
  • Contactar con la unidad de igualdad y ver qué falta
Como decía Héctor Casado esta semana en el evento de dinamización, puede llegar a existir una diferencia importante entre las intenciones, o lo que hay sobre el papel, y la realidad. Si el INTA dispone de una unidad de igualdad que lleve a cabo un seguimiento de las políticas de igualdad, opino que contactar con ellos y colaborar abiertamente en alguna de sus actividades y labores podría ser el primer paso para convertir planes e intenciones en hechos y actividades, al menos en lo que a mis responsabilidades se refiere. 
  • Fomentar la iguadad en el día a día
Las gafas de color violeta son una metáfora muy clara sobre qué hay que hacer para conseguir lograr un día a día más igualitario. No siempre es fácil ponérselas, requiere de un esfuerzo continuado y un compromiso, pero creo que los resultados son necesarios. En mi día a día ponerme en la piel de mis compañeras creo que puede hacerme ver dónde están las conductas y los procedimientos que hay que cambiar para evolucionar hacia un entorno de trabajo más igualitario.
  • Revisar las guías de lenguaje no sexista y adoptar algunas de sus recomendaciones.
Aunque apoyo la inclusión y la visibilización femenina en el lenguaje, no soy muy partidario de algunos de los métodos que se proponen o están adoptando para conseguirlo. No me gustan nada los desdoblamientos, por ejemplo, porque no suponen economía en el lenguaje y lo hacen parecer todo artificioso y monótono. Hay otros muchos recursos que sí me parecen útiles y recomendables ya que, especialmente en el lenguaje burocrático o jurídico-burocrático, es fácil caer en los lugares comunes a la hora de escribir informes o documentación; y estos lugares comunes, en su mayoría, salen del pasado o de conductas sexistas; o de tradiciones que en su origen son sexistas y no tiene sentido perpetuar. El respeto a la «buena tradición» del lenguaje y a las variadísimas alternativas que puede presentar el castellano para la inclusión, creo que puede enriquecer cualquier acción tendente a la lograr la igualdad.
  • Recomendar formación en igualdad
Este curso me ha ayudado a descubrir muchos conceptos que no tenía ni interiorizados ni definidos. Creo que fomentar que más gente los descubra también, puede ser muy positivo. Métodos para esto pueden ser el boca a boca o simplemente facilitar el acceso de mis compañeros a la información planteada en los cursos si acaso no quedan plazas y no pueden ser admitidos en estas actividades.


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